sábado, 19 de febrero de 2011

EL DESAFIO PERUANO

EL DESAFÍO PERUANO
Andrés Oppenheimer (EL PAÍS, 14 febrero 2011)
Durante una visita a Perú hace unos meses, varias personas me dijeron que el país estaba en buen camino y que -a diferencia de lo que ocurre en otros países- las próximas elecciones no serán ganadas por un candidato populista, sino por un político de centro-derecha. Al principio, tuve mis dudas, pero todo parece indicar que así será.
Esta semana, el presidente peruano, Alan García, dijo públicamente lo que yo había escuchado en conversaciones de sobremesa en Lima: que a diferencia de lo ocurrido en las últimas elecciones, cuando el candidato respaldado por Venezuela, Ollanta Humala, estuvo cerca de ganar la presidencia, esta vez no hay ningún candidato populista entre los favoritos para ganar las elecciones del 10 de abril.
"Se acabó el peligro", dijo García, refiriéndose a la posibilidad de que la apertura económica de Perú, que ya lleva 20 años, pudiera ser revertida. "Cualquiera de los que aparentemente tienen ventaja podrá y deberá mantener lo sustantivo del modelo exportador, descentralista, democrático y de inversión en nuestro país".
Todas las encuestas coinciden en que más del 80% de los peruanos apoyan un "modelo de desarrollo modernizador, democrático y globalizado", dijo García. En efecto, las últimas encuestas revelan que el expresidente Alejandro Toledo es el favorito, con alrededor del 30% de la intención de voto, seguido por Keiko Fujimori, la hija del expresidente Alberto Fujimori, y el exalcalde de Lima Luis Castañeda, con una intención del voto de alrededor del 20% cada uno. Los tres son políticos de centro-derecha. Humala ha quedado en un distante cuarto puesto en las encuestas, con alrededor del 11% de la intención del voto. Y lo que es más significativo aún, Humala ha tenido que suavizar considerablemente su discurso desde las últimas elecciones.
¿Por qué los peruanos respaldan a candidatos de centro-derecha? En gran medida se debe a 20 años de estabilidad económica y creciente inserción en la economía global que han dado resultados, sacando a un significativo número de peruanos de la pobreza.
Ahora hay una masa crítica de votantes de clase media que se han beneficiado de las dos décadas de apertura económica, y que apuestan a la continuidad. La economía de Perú creció un 8,8% en 2010, y tuvo una inflación inferior al 2%.
Según las estimaciones del Banco Mundial, los índices de pobreza de Perú han disminuido del 54% al 35% de la población en la última década. Y García pronosticó que el índice de pobreza disminuirá al 28% para fin de año.
La actual campaña presidencial en Perú no gira en torno a qué modelo económico debería adoptarse en el país, sino en torno a cómo perfeccionar el modelo actual. No resulta sorprendente que el eslogan de Toledo -que aparece en carteles por todo el país- sea: "Con Toledo, al Perú no lo para nadie".
Pero lo cierto es que Perú todavía no ha salido del pozo. Aunque los recientes presidentes del país merecen crédito por haber mantenido el rumbo y mejorado las cosas, una parte de la estabilidad económica y política del país fue cuestión de suerte. Económicamente, Perú se ha beneficiado del alto precio de las materias primas. Y políticamente, los candidatos de centro-derecha se han beneficiado de la popularidad de Keiko Fujimori en las zonas rurales, que le ha quitado votos a Humala.
Más importante aún, tal como me lo señaló el empresario y escritor Ben Schneider, Perú enfrenta una nueva amenaza: la complacencia. Muchos peruanos creen, equivocadamente, que el país puede seguir creciendo y reduciendo la pobreza sin nuevas reformas económicas y educativas, explicó.
Mi opinión: estoy de acuerdo. El crecimiento de Perú no será duradero si el país no toma medidas para mejorar sus niveles de educación, tecnología e infraestructura, para ser más competitivo a nivel mundial.
Según el Ranking de Competitividad Global publicado en enero por el Foro Económico Mundial, Perú ocupa el puesto 73 entre 139 países, más de 40 puestos por detrás de Chile. En el último examen PISA para medir la competencia de los estudiantes de 15 años en interpretación de textos, matemáticas y ciencias, Perú ocupó el puesto 63 entre 65 países. Entre los países latinoamericanos que participaron, Perú quedó último. En materia de patentes de invenciones, Perú registra apenas una patente por año en la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos. Corea del Sur, comparativamente, registra 8.800 patentes por año.
Perú merece crédito –como Chile, y más recientemente Brasil- por apostar a la estabilidad económica y a las inversiones. Pero para derrotar definitivamente la pobreza, quien gane las elecciones deberá vencer el síndrome de la complacencia, y mejorar estas cifras alarmantes.
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AMAR A QUIEN NOS HACE DAÑO

José Antonio PAGOLA

La llamada a amar es seductora. Seguramente, muchos escuchaban con agrado la invitación de Jesús a vivir en una actitud abierta de amistad y generosidad hacia todos. Lo que menos se podían esperar era oírle hablar de amor a los enemigos.

Sólo un loco les podía decir con aquella convicción algo tan absurdo e impensable: «Amad a vuestros enemigos, rezad por los que os persiguen, perdonad setenta veces siete... » ¿Sabe Jesús lo que está diciendo? ¿Es eso lo que quiere Dios?

Los oyentes le escuchaban escandalizados. ¿Se olvida Jesús de que su pueblo vive sometido a Roma? ¿Ha olvidado los estragos cometidos por sus legiones? ¿No conoce la explotación de los campesinos de Galilea, indefensos ante los abusos de los poderosos terratenientes? ¿Cómo puede hablar de perdón a los enemigos, si todo les está invitando al odio y la venganza?

Jesús no les habla arbitrariamente. Su invitación nace de su experiencia de Dios. El Padre de todos no es violento sino compasivo. No busca la venganza ni conoce el odio. Su amor es incondicional hacia todos: «El hace salir su sol sobre buenos y malos, manda la lluvia a justos e injustos». No discrimina a nadie. No ama sólo a quienes le son fieles. Su amor está abierto a todos.

Este Dios que no excluye a nadie de su amor nos ha de atraer a vivir como él. Esta es en síntesis la llamada de Jesús. "Pareceos a Dios. No seáis enemigos de nadie, ni siquiera de quienes son vuestros enemigos. Amadlos para que seáis dignos de vuestro Padre del cielo".

Jesús no está pensando en que los queramos con el afecto y el cariño que sentimos hacia nuestros seres más queridos. Amar al enemigo es, sencillamente, no vengarnos, no hacerle daño, no desearle el mal. Pensar, más bien, en lo que puede ser bueno para él. Tratarlo como quisiéramos que nos trataran a nosotros.

¿Es posible amar al enemigo? Jesús no está imponiendo una ley universal. Está invitando a sus seguidores a parecernos a Dios para ir haciendo desaparecer el odio y la enemistad entre sus hijos. Sólo quien vive tratando de identificarse con Jesús llega a amar a quienes le quieren mal.

Atraídos por él, aprendemos a no alimentar el odio contra nadie, a superar el resentimiento, a hacer el bien a todos. Jesús nos invita a «rezar por los que nos persiguen», seguramente, para ir transformando poco a poco nuestro corazón. Amar a quien nos hace daño no es fácil, pero es lo que mejor nos identifica con aquel que murió rezando por quienes lo estaban crucificando: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen". (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

sábado, 5 de febrero de 2011

PRONUNCIAMIENTO DE LOS OBISPOS DE LA SELVA

Presidente de la Conferencia Episcopal y Obispos de la Selva expresan su preocupación por Decretos de Urgencia 001-2011 y 002-2011

Cuidar la casa de todos

Invocación del Presidente de la Conferencia Episcopal y de los Obispos de los Vicariatos Apostólicos de la Amazonía peruana

Hermanas y hermanos, como pastores de la Iglesia Católica, hacemos nuestra la gran preocupación suscitada por la reciente publicación de los Decretos de Urgencia N° 001–2011 y N° 002–2011, por parte del Poder Ejecutivo, en base a las facultades extraordinarias que le otorga la Constitución, a través de los cuales se dictan disposiciones especiales para facilitar la aplicación de 33 proyectos de inversión en nuestro país. Estos decretos de urgencia están destinados a exonerar del estudio de impacto ambiental a estos proyectos de inversión como requisito previo para la obtención de autorizaciones administrativas.


La Iglesia, como Madre y Maestra, jamás estará en contra de todo aquello que suponga sumar esfuerzos para alcanzar el bienestar de peruanos y peruanas. Es tarea nuestra -como nos lo han recordado nuestros hermanos del Episcopado Latinoamericano y Caribeño en Aparecida- cuidar la casa común, pues los recursos naturales se pueden agotar y corremos el riesgo de administrar miseria, llanto y desolación (Aparecida, 474).

La respuesta que damos se debe a la insistencia de numerosos fieles sobre la necesidad de los estudios de impacto ambiental, requisito fundamental para toda actividad extractiva y energética, a fin de conocer las graves consecuencias que un mal manejo ambiental podría tener para la población y nuestra diversidad de ecosistemas.

En los últimos años, como pastores hemos asistido a distintas solicitudes de mediación entre las comunidades y el Estado, a fin de evitar situaciones de violencia producto de la agudización de los conflictos sociales. En ellos, quien más pierde es el más pobre, cuya marginación es clamorosa.

Sabemos que desde el mes de diciembre pasado hay más de 200 conflictos sociales, la tercera parte de ellos vinculados al manejo del agua y recursos hídricos. Es preocupante que estos decretos puedan convertir la exigencia de los estudios de impacto ambiental en un requisito administrativo no obligatorio.

El agua, el aire, la tierra, son elementos esenciales de esa naturaleza gratuita que Dios nos ha otorgado generosamente. Los conflictos sociales se pueden prevenir y evitar si actuamos a tiempo. El desarrollo requiere el respeto a nuestra tierra y su gente (Cfr. Populorum Progessio, 20). Si queremos la paz, cuidemos la creación, nos dijo el Papa Benedicto XVI en su mensaje del 1 de enero de 2010. Estamos comprometidos en esa tarea.


Lima, 4 de febrero de 2011

(Firmas del Presidente de la Conferencia Episcopal y de los obispos de los vicariatos apostólicos de la Amazonía peruana presentes en el IV Encuentro de la Pastoral Indígena)

Monseñor Gerardo Zerdin O.F.M. Obispo del Vicariato Apostólico de San Ramón

Monseñor Francisco González O.P. Obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado

Monseñor José Luis Astigarraga C.P. Obispo del Vicariato Apostólico de Yurimaguas

Monseñor Santiago García de la Rasilla S.J. Obispo del Vicariato Apostólico de Jaén

Monseñor Gaetano Gambusera S.D.B Obispo del Vicariato Apostólico de Pucallpa

Monseñor Alberto Campos O.F.M Obispo del Vicariato Apostólico de San José del Amazonas

Monseñor Juan Tomas Oliver, OFM Obispo del Vicariato Apostólico de Requena